MANIFIESTO




Manifiesto del Colectivo de Artistas  La Mesa Negra.

San Pedro de Ribas 1º de Mayo de 2013.




MANIFIESTO



Parte Primera


            Este Manifiesto ha sido producido para convertirse en un bien común; en este sentido, busca inspirar principios y valores, promover razones y sentimientos, y orientar procedimientos, acciones y conductas, hacia la construcción de una sociedades mejor, más justa y equilibrada.

            Este Manifiesto no es un texto definitivo y acabado; todos las personas que se sientan identificadas y lo deseen, deberán contribuir a difundir y construir este Manifiesto, para propiciar un amplio diálogo y debate que conduzca a establecer y practicar una ética en el arte.

            En este Manifiesto, a través del cual el Colectivo de Artistas La Mesa Negra nos presentamos como  partidarios de una corriente que está en contra del Sistema,  interpretando el progreso como un retroceso y también hacemos, una crítica al propio arte llamado contemporáneo, el arte de las Ferias de Arte Internacionales, donde se dirigen los burgueses capitalistas a comprar bienes con el simple sentido de inversión, dejando de lado el sentido simbólico del trabajo artístico.

            Admiramos el movimiento, la fuerza, la vida equilibrada, las emociones por eso siempre intentamos provocarlas, ya sean positivas como negativas, la simple acción de crear sensaciones nos conmueve.

Nos damos cuenta de que el progreso nos va a acabar, por eso, lo satirizamos y ridiculizamos, nos trasladamos al polo contrario, viajando en el tiempo buscamos las raices perdidas de nuestra raza humana, siendo primitivos en nuestros sueños e inspiraciones, alejándonos de cualquier dogma, nos gusta la libertad, adoramos la libertad.

            Nos importa más que la obra, el gesto,  es lo que interesa, gesto que va más allá de los puros canales de expresión artística para manifestarse, en la política, en las costumbres, en la misma sociedad, siempre que este gesto sea entendido como una provocación contra el sentido común, la moral, la ley y cualquier normativa impuesta por el Imperio del  Bien Común.
Parte Segunda

           

Obligaremos a quien nos observe, a poner en tela de juicio las realidades aceptadas y a reconocer que la imaginación y la realidad influyen enormemente en nuestras vidas; la distancia entre arte y la vida, no debe existir, queremos universalizar el arte; el artista debe asumir que la única justificación válida de su trabajo, es la contribución del arte a la fraternidad humana: una obra de arte debe transmitir valores de fraternidad, es decir, emociones que impulsen a la unificación de los pueblos.

Estamos en contra de la economía de mercado que lleva al arte actual, a responder a criterios más propios de la publicidad y el esnobismo que del verdadero arte, provocando entonces como consecuencia, que mientras los coleccionistas ven firmas y precios, más que expresiones y valores, los artistas buscan el titular llamando la atención con trucos de parque de atracciones. Los medios de comunicación  no son ajenos a este juego, y permanecen en su lugar siendo cómplices de esta falsa realidad. Se estimula así la espectacularidad y el sensacionalismo, la banalidad, y todo esto impide al observador alcanzar esa apertura sensorial y espiritual imprescindible para sintonizar plenamente con las expresiones artísticas. Muchas Ferias de Arte representan exactamente lo contrario de la experiencia del arte. El sectarismo excluyente, siempre torpe en su capacidad de actuación, carece de un fundamental criterio e imaginación, traduciéndose en falta de valores en la creación artística

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Parte Tercera



La pobreza y la injusticia social son los signos más elocuentes del malestar de nuestra cultura, y están asociadas directa o indirectamente con el deterioro ecológico a escala planetaria y son el resultado de procesos históricos de exclusión económica, política, social y cultural. La división creciente entre países ricos y pobres, de grupos de poder y mayorías desposeídas, sigue siendo el mayor riesgo ambiental y el mayor reto de la sustentabilidad. La ética para la sustentabilidad enfrenta a la creciente contradicción en el mundo entre opulencia y miseria, alta tecnología y hambruna, explotación creciente de los recursos y depauperación y desesperanza de miles de millones de seres humanos, mundialización de los mercados y marginación social. La justicia social es condición sine qua non de la sustentabilidad. Sin equidad en la distribución de los bienes y servicios ambientales no será posible construir sociedades ecológicamente sostenibles y socialmente justas.



en construccion.

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